Vie, 2 Febrero 2024
La festividad resguarda las expresiones musicales, así como el arte textil y arte culinario tradicional de Jauja, gracias a la organización barrial y a la continuidad de las redes de parentesco y paisanaje que afianzan la identidad y cohesión social entre los lugareños.
Historia
El Carnaval Jaujino, una de las manifestaciones culturales artísticas más representativas de la provincia, se celebra anualmente en cada uno de los 12 barrios de la ciudad de Jauja, entre el miércoles de ceniza y el inicio de la cuaresma; y puede extenderse hasta el inicio de la Semana Santa.
Los carnavales se organizan a través de instituciones barriales, cuyos miembros son vecinos e "hijos residentes" en otras localidades; es decir, aquellas personas que migraron en busca de mejores oportunidades laborales y de estudios, pero mantienen estrecha relación con el pueblo y sus instituciones.
Cada uno de estos barrios cuenta con una capilla que guarda una cruz, a la que se rinde honores durante el carnaval, una muestra del sincretismo religioso y cultural.
El Carnaval Jaujino implica una serie de actividades sociales culturales y rituales siendo las principales: la traída de monte, que consiste en recoger un árbol del bosque para su posterior uso ritual y su colocación en la plaza o lugar abierto; y el popular cortamonte, que radica en el corte colectivo del árbol extraído.
Cada barrio organiza la fiesta en dos fechas diferentes, con una diferencia de dos días entre la primera y la segunda fecha; es decir entre la traída de monte y el cortamonte.
Hacha en mano, los danzantes bailan alrededor de los árboles que son decorados con regalos para los asistentes, al compás de la música de las orquestas.
Como se puede ver, la festividad se ha adaptado a procesos de cambio como el fenómeno migratorio, por lo que actualmente muchos aspectos de la organización son asumidos por los "hijos residentes".
Respecto a las danzas, se transmiten de generación en generación, por lo que se aprende a bailar en el hogar y las plazas de los barrios, desde la infancia, de la mano de los padres. Los ponchos, las mantas y llicllas con las que bailan son heredados de padres a hijos.
Algunos barrios suelen organizar cortamontes infantiles, en los que participan niños de diferentes edades, que incluso son padrinos de pequeños árboles.
Todos estos detalles y el programa de actividades se darán a conocer durante la presentación en el auditorio del Ministerio de Cultura con la presencia de las autoridades de la región y del ministerio.
Prensa: Peruvirtual.net