También parte de su juventud fue a trabajar a la casa de su tío en Trujillo, es ahí donde le enseñan a preparar los famosos platos trujillanos como el Shambar, el seco a la norteña, los cremosos fréjoles, la patita en friambre, el ceviche de pato a la olla, y variedades de platos criollos, no fue fácil en un comienzo aprender a cocinar para ella porque se dedicaba más a trabajar en el negocio de su tío, pero como familia ellos decidieron que debía aprender a cocinar la rica variedad de platos norteños que estaban acostumbrados a comer.

Desde entonces ella en Lima, en San Martín y en Pucallpa lugares dónde fue a buscar nuevas oportunidades de trabajo vendiendo ropa en una boutique que una amiga que le ofreció, luego empezó a trabajar para unos restaurantes en la selva y también ahi llegaba la gente a probar sus ricos tamales pero un estilo particular que era un tamal con una presa entera adentro y el rico shambar que la hacía a ella diferente de los demás, podemos decir que ahí terminó conociendo su ahora esposo y formando su familia, como sabemos por ese tiempo hubo mucho terrorismo es allí cuando deciden volver a Lima y hacer una vida acá y seguír adelante siempre de la mano con su familia.

Hoy en día tiene un pequeño restaurante donde llega gente a degustar su comida y comer sus platos del día a día. Así ella haya tenido muchos altibajos por su salud y cerraban, al tiempo los clientes la veían o llegaban a su casa para preguntarle cuando volverá abrir su pequeño local en casa para comer sus platos hechos por ella, ya que su sazón era único dicho por sus mismos clientes, también es contratada para eventos regionales deportivos de su mismo Pataz dando los tamales y el rico Shambar, cómo también eventos familiares.

Prensa: Peruvirtual.net